"No sabes lo que has hecho al hacer tu obra maestra con 25 años", le dijo un productor a Orson Welles nada más ver Ciudadano Kane. A Welles le sirvió para hacer más películas en vida y para que, una vez muerto, sigan reconociendo la vida de Charles Foster Kane como la mejor película de todos los tiempos. Así lo ha hecho de nuevo el Instituto Británico de Cine en su revista Sight and South tras una encuesta en la que han sido consultados 108 directores y 144 críticos de cine.
Sight and South realiza esta consulta cada diez años y lo hace mediante encuestas distintas para realizadores y críticos, si bien ambos gremios han coincidido en catalogar la cinta, estrenada en 1941, como la mejor de toda la historia del celuloide.
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Los directores, sin embargo, han honrado a las dos primeras partes de El padrino, de Francis Ford Coppola, con la segunda posición, mientras que en la lista de los críticos aparece en la cuarta plaza. Estos, sin embargo, han elegido por detras de la película de Orson Welles Vértigo, de Alfred Hichkock, octavo mejor filme de la historia para los realizadores.
"El hecho de que desde hace 40 años Ciudadano Kane esté en lo más alto de nuestra clasificación confima que Orson Welles es el Shakespeare del cine moderno", ha sentenciado Nick James, redactor jefe de la revista.
La película, que repasa la vida del magnate americano de la prensa William Rundolph Hearst -circunstancia que le costó a Welles disgustos, retrasos e incluso amenazas del entorno de Hearst- revolucionó la cinematografía por la utulización del gran angular y la importancia que el director otorgó a la luz y a al atrezzo. De hecho, la productora se echó las manos a la cabeza cuando Welles pidió que los decorados tuvieran techo para poder hacer planos contrapicados, algo revolucionario, y costoso, en 1941.
Entre los consultados figuran directores como Quentin Tarantino (Pulp Fiction), Bernardo Bertolucci (El último emperador), Michael Man (El dilema), Tim Robbins (Pena de muerte), Sam Mendes (American Beauty) o Cameron Crowe (Almost famous). Entre los críticos se incluían por primera vez representantes de países tan diversos como Bangladesh, Cuba o Filipinas.