La Fiscalía de Moscú dio carpetazo ayer al caso incoado contra la editora de los libros sobre Harry Potter en Rusia, al rechazar una demanda contra el niño mago por propaganda de "satanismo, brujería y ocultismo".
Tras llevar a cabo una investigación, la Fiscalía de la capital declaró que "no se ha hallado base para abrir un proceso, según el artículo 282 del Código Penal", que castiga hasta con hasta cinco años de cárcel a quienes inciten al odio religioso, étnico o racial.
Exitoso estreno en Rusia
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La demandante acusaba al segundo libro de la serie, Harry Potter y la cámara secreta, de "herir sus sentimientos religiosos", "predicar la brujería" y "atacar la moral ortodoxa", en alusión a la Iglesia rusa ortodoxa. Incapaces de medirse con la autora del libro, la escritora
británica J.K. Rowling, los fiscales rusos arremetieron contra la casa editora Rosman, que tradujo al ruso y publicó los cuatro libros que integran por ahora la popular serie.
En tal ambiente de tensa espera del proceso Moscú contra Harry Potter, la segunda película de la saga se estrenó el pasado jueves en 42 cines de la capital rusa con el mismo gran éxito que acompañó a los libros, con tiradas millonarias, y al primer filme.
El escándalo, con denuncias de censura, parece haber obligado a dar marcha atrás a la Fiscalía, que se proponía crear una comisión integrada por escritores, maestros de escuela y clero ortodoxo para un minucioso peritaje de las aventuras de Harry Potter.