Los Almodóvar, sus chicas y el oscar. Con esta puesta en escena, más de un año después de su estreno y tras innumerables premios, Pedro Almodóvar ha puesto el punto final a Hable con ella, la película que le ha encumbrado en Hollywood y por la que el domingo pasado alzó en el centro del Teatro Kodak de Los Angeles el oscar al mejor guión original, un reconocimiento que valora pero no le apura. "El techo no lo marcan los Oscar", ha comentado el director.
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Medio centenar de fotógrafos, más de 20 cámaras de televisión, así como decenas de periodistas se han hecho presentes en el Círculo de Bellas Artes en el último acto de la decimocuarta película de la factoría del manchego. Una cita a la que llegó puntual, acompañado por su hermano Agustín y por Leonor Watling y a la que se unió un poco más tarde Rosario Flores.
Tras 20 minutos de fotos y poses con un oscar que sacó de una bolsa de fieltro, Almodóvar quiso que todo el mundo tocara la dorada estatuilla -"El oscar es de todos", dijo-, desgranó unas cuantas e inconexas anécdotas acerca de la ceremonia, Nicole Kidman y Adrien Brody y apuntó el inminente rodaje de La mala educación, su próxima película.
Inimitable
"No tiene nada que ver con Hable con ella. El guión parte de la mala educación recibida por una generación como la mía en los colegios religiosos y cuenta la historia de dos alumnos y un cura que se reencuentran 20 años después", apuntó el realizador. El papel protagonista de la cinta será para el mexicano Gael García Bernal, quien ya acompañó a Almodóvar en la ceremonia del pasado domingo.
Además, el director de Todo sobre mi madre, en un apunte de que Hable con ella pase ya a la historia, quiso desterrar cualquier intención de continuismo tanto en él como en la industria. "El guión de esta película es difícil de imitar hasta para mí", sentenció.