Unos 15 segundos de cinta, varios bocetos y un storyboard más o menos claro era todo lo que quedaba de Destino, el proyecto envuelto en un halo de misterio que Salvador Dalí y Walt Disney iniciaron y abandonaron entre 1946 y 47. Toda una leyenda del cine hasta que Roy Disney, sobrino de Walt, retomó la idea. El resultado final es una cinta de siete minutos que ya ha sido exhibida en varios festivales de cine. De momento ha ganado el Premio al Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Melbourne y el Premio a la Mejor Animación en el Festival Internacional de Rhode Island.
Dos extrañas y deformes cabezas humanoides se aproximan y, al juntarse, el espacio entre ellas se convierte en la silueta de una bailarina. Ésta cobra vida, y baila hasta que su cabeza se transforma repentinamente en una pelota de béisbol y se pierde en un paisaje típicamente daliniano. Estos 17 segundos de cinta fueron, durante más de 50 años, una de las leyendas de Hollywood. Un fragmento de película, un número indeterminado de bocetos y quizá storyboards, olvidados durante más de 50 años en algún almacén del sur de California. La legendaria colaboración de Salvador Dalí y Walt Disney, de la que muchos habían oído hablar pero pocos habían visto. Se llamaba Destino, en español.
Durante años no hubo constancia de que el proyecto hubiera existido realmente. Una colaboración entre Dalí, el atormentado artista surrealista, y Walt Disney, padre de Mickey Mouse, no parecía muy idónea. Era poco lo que se sabía sobre Destino, y parte de ello sonaba demasiado novelesco: terribles diferencias entre ambos artistas, problemas económicos que amenazaban a Disney con la quiebra, un robo que hizo desaparecer gran parte del trabajo de Dalí. Pero el misterio ha sido desvelado.
Roy Disney es el principal responsable. En 1997 el fragmento de 17 segundos fue proyectado en el MOMA de Nueva York, en un ciclo sobre los Tesoros Desconocidos de Disney. Quedó probado que la cinta existía, y los dibujos también. Poco después, Roy Disney anunció a los medios que se proponía terminar Destino.
Disney recuperó lo que quedaba del trabajo de Dalí y habló con todas las personas que trabajaron en el proyecto original. John Hench, que fue ayudante de Dalí mientras trabajaba en el proyecto y tenía más de 90 años cuando le propusieron retomar el proyecto, estuvo encantado de compartir sus recuerdos para terminar la película.
El francés Dominique Monfery fue el elegido para dirigirlo. Al principio su respuesta fue negativa. Según Baker Bloodworth, productor del cortometraje, declaró a Animation World Magazine, Monfery dijo: "¿Para qué quieres terminar un proyecto iniciado por Salvador Dalí? ¿Estás loco?" Pero dos meses más tarde había accedido y ya estaba dibujando.
Una historia de amor
"La verdad es que había bastante trabajo hecho", declaró Roy Disney tras el estreno. "Se podía distinguir un principio, un desarrollo y un desenlace. Y cuando entramos más a fondo, vimos que se trataba de una historia de amor". Bloodworth declaró a Animation World Magazine que el metraje de Destino fue cortado porque gran parte era incomprensible. "Dalí siempre decía 'si lo entendéis, he fracasado'. Hay algo de verdad en ello, pero también queríamos que se pudiera ver. Cortamos el metraje y cohesionamos la historia de amor".
El resultado final es, según David Stanton, presidente de Walt Disney Animación, "como si las pinturas de Dalí estuvieran vivas, de una forma que, estoy seguro, le hubiera hecho muy feliz".
"Destino ha sido el monstruo del Lago Ness, la película de leyenda que nadie puede ver", declaró tras el esperado estreno Serge Bromberg, director artístico del Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy -considerado el Cannes de la animación-.
Camino al Oscar
El corto, de siete minutos de duración, fue presentado en junio en el Festival de Annecy, donde fue la sorpresa de la noche inaugural. Los responsables de Disney anunciaron entonces que el film se proyectaría en varios festivales más, con la aspiración de conseguir una nominación al Oscar. Desde entonces, Destino ha ganado dos premios en otros festivales: al Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Melbourne y a la Mejor Animación en el Festival Internacional de Rhode Island.
Según la productora, el proyecto quedó abandonado en 1947 porque no era viable comercialmente. Roy Disney cree que hoy las cosas son diferentes. "Es un proyecto algo distinto a nosotros, pero estoy enormemente orgulloso de haberlo hecho. Se trata de quiénes somos como artistas, cuán larga es nuestra historia y cómo la respetamos". La Disney planea comercializar Destino en DVD acompañado de un documental. Y, posiblemente, con litografías y textos.