El bailaor Israel Galván se encuentra en Cartagena junto a Enrique Morente con su espectáculo 'Arena'. En su próximo trabajo, que espera presentar en septiembre, quiere interpretar siete bailes, "como si fueran siete sellos". Para 'Apocalipsis' ha tomado la idea del libro del fin del mundo porque él mismo se considera "muy apocalíptico", como toda su familia.
Su familia que lo puso a dar clases de danza clásica "muy tarde". A los 16 años. "Aparte de ser muy flamencos, somos muy radicales", explica. Esa idea le gusta. "He tenido siempre muy presente que al final quizá no hay un fin del mundo propiamente dicho, pero sí un cambio completo".
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En un encuentro con los lectores este aficionado al Betis contestó a las preguntas sobre la renovación que ha hecho del flamenco tras el galardón que le entregaron a la creación en 2005. "Es fácil. Con no sacar un capote y un toro ya te puede salir un trabajo muy renovado". Se refiere a su espectáculo 'Arena', que se puede ver hoy en el Festival Mu Danzas de Cartagena.
El flamenco aporta libertad
Llega a la comunicación con los espectadores al incluirlos en sus coreografías. "Pongo al público como si fuera el animal o el hombre. En 'Arena' representan la muerte". Juega con esa dualidad. La idea de no aparecer en el escenario con trajes de luces, le ha permitido aportar "una visión más limpia" del flamenco. Lo que ha hecho es "evitar inspirarse en la fiesta sino servirse de todos sus aspectos". Elige "una parte silenciosa, otra de mucho ruido, otra taurina y otra sanguinaria" y las pone en circulación. Quiere aportar una versión "neutral" de la fiesta en la se ha inspirado tradicionalmente al flamenco.
Ensaya una media diaria de cinco horas. "Aunque no todo es físico. No preparo unas olimpiadas", bromea. Su sueño es bailar con Manuela Carrasco. Aunque lo ve "imposible", por el momento.
La crítica le llama "el Picasso de la danza" y él le quita importancia: "Será porque pongo gestos basados en formas geométricas", pero no se quiere comparar con el pintor malagueño. Lo que hace es afanarse "en buscar y moldear el cuerpo con todos los años". Es una búsqueda constante. "Pretendo sacarle partido al cuerpo, con formas rígidas y suaves". Para hacer algunas se inspira en bailaores "de antes" cuyas posturas cree que se han quedado olvidadas. Todo para contribuir al lenguaje "universal" de la danza que aporta "libertad".