La representación del arquitecto Santiago Calatrava ha asegurado en el juicio por la presunta vulneración de un puente en Bilbao que "en ningún otro sitio" habían vivido una situación similar. Calatrava demandó en junio pasado al Ayuntamiento bilbaíno y a dos constructoras por un empalme de la pasarela del puente con un paso elevado que permite acceso directo al centro de la capital vizcaína.
En el primer caso de un supuesto incumplimiento de la Ley de Propiedad Intelectual en una obra de ingeniería, Fernando Villalonga -quien fue director del estudio de Calatrava entre 2005 y 2007 y la pasada década estuvo al frente de la consejería de Cultura y Educación de Valencia en el gobierno de Eduardo Zaplana- ha declarado que el paso elevado, abierto a principios de año, ideado por otro arquitecto de renombre (el japonés Arata Isozaki) "rompe visulamente el equilibrio" del puente, por lo que censuró que no se les avisara con anterioridad. Los abogados del arquitecto piden tres millones de euros de indemnización si no se derriba el paso elevado.
"Dos obras diferenciadas"
El Ayuntamiento y las dos constructoras han insistido en la vista en que se trata de "dos obras diferenciadas" y que la conexión futura del puente de Calatrava -cuando se inauguró en 1997 no comunicaba con ninguna parte porque la zona estaba pendiente de regeneración urbanística- se contemplaba en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Bilbao.