La zona del Cáceres fue sólida y, aunque sus resultados tardaron un poco en dejarse notar, el Tau no jugó tranquilo. Además, los extremeños ejecutaron una rotación inteligente para que, sobre todo sus bases, respirasen y no sufriesen por agotamiento.
El marcador corrió a favor del Tau hasta el minuto diecinueve. Hasta ese momento, los sucesivos acercamientos extremeños no terminaban de cuajar. Llegaba un triple o un zarpazo de Scola en la pintura. Siempre había algo.
Pero el equipo de Julbe merecía alguna recompensa por su excelente trabajo. Finalmente, un contragolpe culminado por el francés Bruno Hamm equilibró el parcial (37-37).
El banquillo del favorito saltó como un resorte para solicitar un tiempo muerto y lo que encontró, nada más reanudarse el choque, fueron una nueva cesta de José Antonio Paraíso y, para despedirse, un triple sobre la bocina de Hamm (38-42).
Tercer tiempo demoledor
Lo más duro para los vascos venía de camino. El comienzo del tercer cuarto convenció a todos de que la Copa cocinaba la primera sorpresa de la competición. En cuatro minutos, Tau 40 y Cáceres 51.
Inesperado, pero tan auténtico como el partidazo de Paraíso, Hamm, Arcega, Perry
y los demás, que en el tercer cuarto firmaron un parcial de 13-23 y pusieron al flamante semifinalista de la Euroliga, al verdugo del Peristeri y del Olympiakos, al borde del precipicio.
El Real Madrid también sorprende
En esta competición en la que la caída de los grandes se ha convertido en costumbre, el Real Madrid también ha dado su pequeña sorpresa al vencer al Unicaja de Málaga por un estrecho 70-73.
Viendo el resultado, es fácil deducir que sucedió en el partido. Los de Maljkovic salieron eufóricos, dispuestos a reeditar la victoria conseguida en Liga ante los merengues. Mrsic, genial al principio del encuentro, lideró a su equipo y fue capaz de abrir brecha en el marcador (11 puntos de ventaja a favor de los andaluces).
Pero no podía ser tan fácil. Djordevic, reivindicando su condición de estrella, se hizo con las riendas del partido y se encargó de igualar el asunto. Al descanso, los madridistas ganaban 36-37.
La reanudación siguió marcada por la igualdad. Las férreas defensas impedían que ninguno de los dos equipos se distanciara. Llegaba el momento de las estrellas, y emergió una que parecía olvidada: Alberto Herreros. El alero del Real Madrid evitó, con sus triples, una nueva escapada malagueña en el marcador.
Djordevic y Raúl López se encargaron de dirigir al equipo hacia una victoria que no podía llegar de otro modo, en el último minuto. Tras las habituales faltas de última hora, Sonko tuvo la oportunidad de marcar el triple que daba paso a la prórroga. Falló y ahora el Real Madrid tendrá que vérselas con el Cáceres para seguir vivo en esta Copa del Rey.
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