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1918/20
Enfrentado a su actual secretario general, Michel Zen-Ruffinen, a la UEFA y a cinco de sus vicepresidentes, que han interpuesto incluso una demanda judicial contra él, Blatter hizo valer la idea de que la situación económica de la organización mundial del fútbol es buena. Además, ha presentado el proyecto de promoción del fútbol, del que se benefician 117 países, el fin de la guerra legal con la Unión Europea y la implantación de un calendario unificado como principales logros.
Turbulento Congreso
El presidente de la Federación Internacional superó ayer un turbulento Congreso Extraordinario, en el que se le acusó de negar la palabra a la oposición, y tuvo que soportar duras críticas en el Congreso Ordinario, desde el discurso de bienvenida del coreano Chun Mung-Joon hasta la diatriba de su secretario general.
Blatter, en cualquier caso, salió airoso y sacó adelante el balance contable de su gestión y el presupuesto del próximo año sin problemas. Fue apoyado por las grandes Federaciones europeas (España, Alemania, Italia y Francia), salvo Inglaterra, por la totalidad del fútbol sudamericano, casi al completo por la CONCACAF y por algunos países de Africa y Asia.
Con asociaciones de tanto peso en contra, el camerunés Issa Hayatou, el primer candidato africano de la historia, no tuvo posibilidades de triunfo, pese a contar con el respaldo de los dirigentes de la UEFA, los más interesados en desbancar al actual presidente.
Blatter, que sólo habló en términos generales de construir "la casa de la FIFA", ha logrado su propósito de obtener otros cuatro años de mandato para completar su programa, pero ahora se enfrenta a la necesidad de buscar un complicado consenso, porque la fractura en el seno de la FIFA es casi absoluta.
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