Europa ha tumbado en The Belfry al imperio del golf, Estados Unidos, por 15,5-12,5 puntos para adjudicarse su sexta Copa Ryder tras 27 ediciones disputadas desde 1927. Las lágrimas del escocés Sam Torrance, capitán europeo, estaban más que justificadas cuando vio que el irlandés Paul McGinley, uno de los cuatro debutantes, embocaba un putt de cuatro metros en el green del 18 para empatar con Jim Furyk y dar el medio punto necesario para el triunfo.
Ha resultado una victoria demoledora de un domingo memorable. Europa sólo ha sumado dos partidos perdidos de los 12 en juego, y ha ganado con un margen de 3 puntos, lo que no ocurría desde 1985, cuando Europa ganó por cuatro de diferencia (16,5-11,5) precisamente en The Belfry.
Tras el empate a ocho con el que terminó la jornada de ayer, Sam Torrance manejaba una estadística preocupante. De los siete últimos partidos de individuales en Copa Ryder, EE UU había ganado seis. Sólo en 1995 (Oak Hill), la jornada dominical fue ganada por Europa. Pero el capitán europeo arriesgó y se jugó el todo o nada en los seis primeros partidos. En ellos colocó a sus pesos pesados: Montgomerie, García, Clarke, Langer, Harrington y Bjorn. Los cuatro debutantes iban detrás y el desdibujado Parnevik como cierre.
Su homólogo Curtis Strange repartió a sus hombres, con una traca final reservada. Davis Love III, Phil Mickelson y Tiger Woods cerraban la lista para los individuales. Dos estrategias diametralmente distintas con resultado favorable al capitán europeo.
El éxito de la estratagema de Torrance se fraguó en los primeros envites, y luego le dieron forma los debutantes Phillip Price, Niclas Fasth y Pierre Fulke. Sólo le falló Sergio García, al perder en un duro partido ante David Toms, ya que Monty, Langer y Harrington dieron un repaso a Hoch, Sutton y Calcavecchia.
Punto vital
Caído el castellonense, el punto vital lo dio para Europa Thomas Bjorn. El danés se deshizo por 2 y 1 de Stewart Cink, y colocó a su equipo con 12,5-9,5. Europa sólo tenía que sumar dos puntos para levantar la Ryder. Extraer dos puntos en seis partidos. Ese era el objetivo accesible de los pupilos de Torrance, ya que con el empate a 14 puntos EE UU retenía la Copa al ser el vigente campeón.
El sueco Fasth afrontó con un hoyo de ventaja el último green ante Paul Azinger. Sin embargo, el americano tiró de experiencia y fortuna para embocar desde el bunker y sellar el empate. A Europa le faltaba medio punto y McGinley fue el elegido. El dublinés de 35 años le dio la gloria a Europa en su primera Copa Ryder y forzó a Tiger Woods, el mejor del mundo, a terminar su partido sin protagonismo.
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