Optimista, relajado y sonriente, el portero del Deportivo de La Coruña José Francisco Molina ha comparecido públicamente por primera vez para anunciar su regreso a los campos de fútbol tres meses después de que le fuera diagnosticado un cáncer testicular, que felizmente ha superado.
"Ha sido duro psicológicamente, pero todo el apoyo que he recibido me ha ayudado mucho. No puedes desconectar, pero tampoco puedes estar las 24 horas lamentando lo pobrecito que eres. Llevaba tres meses esperando este momento", ha confesado el guardameta en la sala de prensa del Instituto Valenciano de Oncología (IVO).
Molina ha aprovechado sus primeras palabras para agradecer las innumerables muestras de apoyo y el trato que le han brindado los profesionales de este centro médico de Valencia. "No es fácil luchar contra esto. Es una enfermedad dura, pero se puede seguir adelante. Mucho ánimo a toda la gente que pasa y pasará por esto", ha apuntado.
El futbolista ha reconocido que sus peores momentos fueron los días que ingresaba en el hospital para someterse a la quimioterapia y ha bromeado acerca de las nuevas costumbres adquiridas con el fin de olvidar la enfermedad. "Yo no sigo el fútbol, pero hubo momentos en los que puse hasta el carrusel de la radio. Al final lo superé y me limité a ver los resúmenes de los partidos por televisión", ha señalado entre risas.
Vida normal
Vicente Guillén, doctor que se ha encargado de coordinar el proceso de recuperación de Molina, ha recalcado que el jugador no ha sido sometido a "ningún tratamiento especial" y que la superación el tumor en tres meses "era previsible por la entereza con la que ha tolerado los tratamientos". "José puede hacer vida normal y seguir cosechando triunfos deportivos. La enfermedad ha remitido completamente", ha recalcado Guillén.
El 9 de octubre de 2002, un control rutinario detectó un nuevo tumor en los testículos de Molina, tras el cáncer que se le había extirpado un año antes. El 15 de octubre el portero abandonó La Coruña para instalarse en Valencia y someterse a cuatro ciclos de quimioterapia de una duración de cinco días cada uno.
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