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Crónica:FÚTBOL | La jornada de Liga

Un notable Barça no remata al Madrid

Ronaldo y Luis Enrique, autores de los goles en un partido mejor manejado por los azulgrana

Ronaldo y Luis Enrique tenían que ser. Los dos hombres más buscados durante toda la semana previa se encargaron de poner los goles en el gran clásico. Primero el brasileño, en el minuto 15, y después el asturiano, en el 30, aprovecharon sus oportunidades para poner los goles en un partido mejor manejado por los azulgrana.

REAL MADRID 1 - BARCELONA 1

Real Madrid: Casillas; Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos; Makelele, Flavio (Guti, min. 73), Figo, Zidane; Raúl y Ronaldo.

Barcelona: Bonano; Gabri, Puyol, De Boer, Sorín; Xavi, Motta, Mendieta (Gerard, min. 80), Overmars; Luis Enrique (Riquelme, min. 79) y Kluivert.

Árbitro: Muñiz Fernández. Ha mostrado tarjetas amarillas a Puyol, Luis Enrique, Frank de Boer, Roberto Carlos, Helguera, Zidane, Mendieta y Gerard. Roja a Salgado (min. 86) por doble amarilla.

Goles: 1-0: Ronaldo (min. 15). 1-1: Luis Enrique (min. 30).

Trigésima jornada de Liga. Santiago Bernabéu. Lleno.

Tal y como auguraban casi todos los de dentro del fútbol, ni la diferencia de puntos ni el estado de ánimo sirven de nada en partidos como éste, que no respondió a ninguna de las coordenadas previstas por los triunfalistas de un lado y los pesimistas del otro. Lejos de las mismas, el Barcelona manejó mucho mejor el partido frente a un Real Madrid sin bandas y con la eterna rémora de Flavio y del equilibrio táctico en el centro del campo como condicionante ya sin remedio.

Antic dispuso sobre el césped una alineación sumamente equilibrada -con Riquelme en el banquillo, Mendieta en la derecha, Overmars en la izquierda, Luis Enrique entre líneas y Motta como perro de presa de Zidane- que no tardó en hacer daño al bloque local, que no supo ni pudo cogerle el aire al encuentro en ningún momento.

Lejos de manejar o intimidar, el Real Madrid se puso desde el principio a merced de un Barcelona que movía con criterio y solvencia el balón, de lado a lado y con sentido. Fruto de este dominio se pudo adelantar en el minuto ocho gracias a un disparo de Kluivert que pudo despejar Casillas hasta que el balón se perdió junto a su poste derecho.

Con los resortes del partido activados, lo único que no pudo desarticular Antic fue la pegada madridista, el mismo factor que le faltó al cuadro azulgrana para llevarse el partido. Prácticamente desaparecido el hasta última hora dudoso Raúl, fue Ronaldo quien tomó el mando de las operaciones. Amagó en el minuto 13 con una vaselina tras fallo de Bonano que no llegó a su destino. Pero dos después, el brasileño no perdonó y aprovechó un pase al corazón del área para batir al portero argentino.

Sin resignarse, el Barcelona siguió el mismo guión que tan bien le había resultado y que mejor le iba a venir. Sobrepuesto del golpe, Luis Enrique aprovechó una serie de rechaces tras una parada de Casillas para quedarse solo en la línea de gol y apurar la tensión de un clásico que, pese a los agoreros, mantuvo la tensión que nunca dejó de tener.

Falta de convicción

Ni siquiera en la segunda parte, pese al bajón de juego de ambos, mucho más acusado en el Real Madrid que pasó del mínimo a la nada. El Barcelona, por su parte, siguió con el control del juego y puso en apuros a Casillas con Luis Enrique a la cabeza de la avanzadilla.

Pudo, sin embargo, resolver Zidane en el último suspiro con un disparo que desbarató Bonano con un increíble despeje. Pero hubiera sido demasiado injusto para un Barcelona notable y muy superior al Madrid, pero al que le faltó pegada y quizá convicción para rematarlo.

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