El palista David Cal, que logró una medalla de oro en C-1 1000 metros y otra de plata en C-1 500 en los Juegos Olímpicos, fue recibido como un auténtico héroe en su regreso a Cangas de Morrazo (Pontevedra).
Cal aseguró que sigue en una nube tras el triunfo en Atenas y que lo que más necesita ahora es descansar para luego volver a "ponerse las pilas" y reanudar los entrenamientos y la competición. Su nueva meta está en la cita olímpica de Pekín 2008.
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