Michael Schumacher ha dado su primera conferencia de prensa tras decidir que no sustituirá al convaleciente Felipe Massa en Ferrari y ha afirmado que atraviesa "el peor momento" de su carrera. "No pienso aún en mi futuro en la fórmula 1", ha dicho el heptacampeón mundial, que renunció a su regreso en Valencia por los fuertes dolores que siente en el cuello: "Cuando me subí al coche, todo iba perfecto. Pero entonces aparecieron las molestias. Bajo la presión de un F-1, el dolor fue insoportable".
Johannes Peil, su médico, explicó: "En febrero, Michael sufrió su peor accidente. Se rompió una de las venas que llegan al cerebro y pasan entre la cabeza y las vértebras cervicales. Su problema está en el hueso occipital".
"Estaba muy contento de poder ayudar al equipo, pero las condiciones son las que son y no ha podido ser", se ha lamentado Schumacher. "Hice todo lo que pude, pero no funcionó. No pude cumplir el objetivo. Me siento frustrado y triste", ha reconicido el ex piloto, claramente conmovido. El corredor, dejó claro, no obstante, que su salud es lo principal y por lo tanto la única opción que tenía era tirar la toalla. "Siempre dejé claro que volvería a condición de que estuviera recuperado", ha señalado Schumacher, y ha agredado que considera "natural" y "una muestra de responsabilidad" su decisión.
No obstante esa certeza, según ha explicado de forma pormenorizada, no impide su frustración. "Toda la preparación iba muy rápida, perdí cuatro kilos con facilidad, tenía el mismo peso que cuando me retiré, todo iba en la dirección correcta, pero un sólo problema, pero el más importante, me lo ha impedido".
Puedes seguir Deportes de EL PAÍS en Facebook, Twitter o suscribirte aquí a la Newsletter.