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Una paliza entre vendas

Nadal debuta arrollando 6-4, 6-1 y 6-1 a Kuznetsov y con una rodilla protegida con gasas

Lo que se encuentra el estadounidense Kuznetsov cuando entra en la pista es una imagen sorprendente: a Rafael Nadal, el número dos mundial, con la rodilla derecha vendada. El recuerdo que se lleva el número 167 del duelo, sin embargo, nada tiene que ver con esa articulación rodeada de esparadrapos, que retrotrae al mallorquín a tiempos ya pretéritos, en los que jugaba con dos cintas protegiéndole sus tendones: Nadal le arrolla por 6-4, 6-1 y 6-1, sumando la bárbara cifra de 42 golpes ganadores y sin tan siquiera descontar dos horas en el reloj.

El mallorquín arañó un break de entrada, y con él llegó la tranquilidad para que evaluara la respuesta de la rodilla sin sufrir grandes presiones. Empezó moviéndose con precaución. Pareció un punto frenado en los movimientos laterales. Compitió más arropado que de costumbre por su banquillo ("¡Positiu!", le gritaban en mallorquín pidiéndole optimismo). Acabó jugando de maravilla, ayudado por la decisión con la que afrontó el debate más que por el nivel del contrario, Kuznetsov, que jugó bien, disfrutando de la oportunidad de enfrentarse al campeón de diez torneos grandes.

Nadal se enfrentará ahora al alemán Haas, un viejo roquero que llegó a ser el número dos del mundo. Eso fue hace mucho. El medallista olímpico languidece ahora en la clasificación, víctima de las lesiones, y compite en Australia con ránking protegido. Suya es la raqueta que medirá al número dos mundial en dos hechuras: la de su tenis y la del estado de su rodilla.

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