El conjunto de casa, arropado en esta ocasión por su público, se lanzó desde el primer minuto de juego a un fuerte ataque que desbarató por completo al dispositivo del Torrejón. Así los goles premiaban su mayor tesón ofensivo. El conjunto madrileño, sin entrenador tras la dimisión de Teodoro Nieto hace una semana, poco pudo hacer para frenar el acoso del Calahorra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de diciembre de 1976