Leónidas Brejnev está en la cúspide del poder, y así ha quedado de manifiesto el domingo, cuando los lideres comunistas de Europa oriental (excepto Tito) v representantes de algunos PC occidentales, entre ellos, Dolores Ibarruri, presidenta del PCE, asistieron en el Kremlin a la exaltación de los méritos personales del secretario y a la imposición de condecoraciones civiles y militares.Lo más destacado del acto, fueron las propias palabras de Brejnev, que no dejan lugar a dudas sobre su intención de permanecer al frente del PC de la URSS. Siempre estaré dispuesto a servir al partido y pienso -dijo Brejnev- en todos vosotros, camaradas, en los miembros del Comité Central del partido y de su Buró Político que siguen dispuestos a seguir consagrando toda su experiencia y sus esfuerzos sin reserva.
Frente a los discursos de exaltacion, pronunciados por el presidente Podgorny y por Miajil Suslov, el secretario general adjudicó el papel de verdadero capitán de la Unión Soviética a la sagacidad colectiva del partido, tratando de atemperar el culto a la personalidad de la misma forma en que lo hizo durante el XXV Congreso del PCUS (febrero-marzo pasados), cuando minimizó los encendidos discursos laudatorios hacia su persona de los primeros secretarios de Ucrania, Cherbiski y Arzebaijan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de diciembre de 1976