Un sacerdote católico fue condenado ayer en Dublín a una sentencia de tres años de cárcel, suspendida por el mismo período de tiempo. por posesión ilícita de armas. El padre Vincent Forde, de 35 años, tenía una pistola «Colt-45» en su poder cuándo la policía detuvo su automóvil para un registro rutinario.El sacerdote declaró durante el juicio que había adquirido esa pistola de un norteamericano, con ánimo de dársela a un conocido suyo cuya vida había sido amenazada repetidamente. Afirmó que no tenía conexión alguna con el IRA ni ninguna otra organización paramilitar,y puso de relieve que en Irlanda del Norte, la mayoría de los clérigos poseen pistolas, legalmente autorizadas para su propia defensa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de diciembre de 1976