Ayer se cumplieron veintiún días del secuestro del presidente del Consejo de Estado, Antonio Maria de Oriol. Radio Nacional de España mantuvo una conversación con la esposa y con Antonio de Oriol, hijo mayor del presidente del Consejo de Estado. En el diario hablado de las diez de la noche. Radio Nacional de España ofreció una entrevista mantenida con los citados familiares, de la que ofrecemos el siguiente resumen:
- Antonio Oriol. ¿Qué quiere decir en estos momentos, cuando su padre lleva ya veintiún días en poder de sus secuestradores?
- Mire usted, en estos últimos días, además de la natural intranquilidad de todos nosotros, hemos sido presas de un enorme confusionismo.
- ¿Confusionismo, por qué?
- Por la cantidad de llamadas y distintos comunicados que hemos tenido. Como comprenderá, tenemos que aceptar todos los comunicados en principio, pues es comprensible que nosotros no podemos permitirnos que pese sobre nosotros en nuestra conciencia una decisión o interpretación equivocada de cuáles son los verdaderos y cuáles los falsos comunicados. Sólo queremos colaborar igual que el Gobierno, que está haciendo todo lo posible por solucionar satisfactoriamente este asunto. Queremos colaborar, repito, para salvar a mi padre.
- Entonces, ¿qué ruega usted?
- Rogamos que dejen las bromas, si así son, por razones humanitarias.
- Y a los verdaderos secuestradores de su padre, ¿qué les pide?
- Queremos saber quiénes son, y les rogamos que discutan nuestras dudas, humanas, por supuesto, y les pedimos que nos sigan mandando pruebas de que nuestro padre vive, porque estas pruebas son las que nos demuestran quiénes son los que de verdad tienen a mi padre en su poder.
En el diario hablado de las diez de la noche, la señora del presidente del Consejo de Estado envió un mensaje a su marido, que reproducimos textualmente: «Queridísimo Antonio: Al comenzar el año y en estos días tan especiales y que tantos recuerdos me traen, quiero hacerte saber que junto con todos los hijos y nietos te recordamos infinitamente y que rezamos constantemente por ti. Que tu ejemplo y las noticias que tenemos a través de tus cartas nos hacen permanecer en esa calma y fe que nos pides.
Gracias a Dios seguimos todos muy bien, pero igual que a todos, sólo nos angustia no tenerte con nosotros, por lo que pido diariamente a la Virgen Santísima para que vengas lo antes posible. Pido que acierten todos, incluso los que te tienen, para que te suelten sano y salvo, lo antes posible, y te podamos tener con nosotros. Para ello no hacemos más que rezar al Niño Jesús. Junto con el de todos, te envío un cariñoso abrazo.»
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de enero de 1977