Fuerzas Eléctricas del Noroeste, SA (FENOSA) y la Compañía Portuguesa de Electricidad (CPE) pretenden construir un salto para aprovechamiento hidroeléctrico en un tramo internacional del río Miño que ha provocado fuerte oposición de los habitantes de ambas orillas.
Más de 10.000 personas de la ribera pontevedresa del Miño se consideran perjudicados por el embalse si éste, como temen, acaba con la riqueza piscícola de la zona. El más importante río gallego produce a una treintena de kilómetros de su desembocadura gran cantidad de sábalos, lampreas y otras especies, así como una parte considerable de las angulas que, comercializadas por vascos, son consideradas en muchas ocasiones como capturadas en ríos del País Vasco.
«Entre las graveras que extraen arena y remueven los fondos y el salto, han comentado grupos de pescadores a EL PAIS, nos obligaran a buscar otro medio de vida. Lo malo es que aquí no lo tenemos, y ¿adónde vamos?
Sin embargo, en medios próximos a FENOSA, que participará en la construcción del salto con una aportación de dos tercios, queda el otro para compañía portuguesa, se afirma que está garantizada la supervivencia de las especies del Miño. Esta y otras razones de carácter geológico han hecho que se presente un nuevo proyecto para la construcción de la presa, cuyo nivel máximo de embalse será de cuarenta metros y que se situará a más de un kilómetro del lugar previsto inicialmente.
«En Sela se instalará la primera escala de peces de estas características de España igual a las que hay en los ríos escoceses, con lo que se garantiza el remonte del río.»
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de enero de 1977