Esta es la segunda película de Francisco Rodríguez. Y ha sido casi tan mal estrenada como la primera: La casa grande. Sin embargo, no merece pasar inadvertida, Gusanos de seda posee en su interior dos películas: una bastante dificil e insólita; otra, oportunista y fácil.Un oscuro funcionario, soltero y cincuentón, que vive con su madre en el Madrid de los años treinta, acepta casarse con una subnormal -eso sí: de buena familia- para mejorar su situación económica. Contar esta historia es una empresa bastante arriesgada. Francisco Rodríguez no sale de ella del todo mal. Aunque no puede evitarse el oportunismo de situar a sus personajes en plena guerra civil y hacer de todos ellos unos significativos representantes de las derechas.
Gusanos de seda
Director. Francisco Rodríguez. Argumento, guión y diálogos: Ramón de Diego. Intérpretes: Esperanza Roy, Rafaela Aparicio, Antonio Ferrandis. Local de estreno: Salamanca
Pocas veces el cine español nos ha ofrecido una historia tan sórdida, y digo esto sin ningún sentido peyorativo. A lograr esta sordidez contribuyen a las mil maravillas los actores elegidos -todos magníficos-, los decorados y la pésima fotografía del veterano Manuel Rojas. Toda esta cumulación de fealdades consigue dotar a la película de un singular clima, algo que pocos directores españoles saben crear.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de diciembre de 1977