Opino que todos los españoles debemos estar muy agradecidos al equipo de parlamentarios que con tanta aplicación ha redactado un borrador de constitución. Ahora, merced a un misterioso escape de información, el'texto en cuestión empieza a ser conocido por el pueblo español. Esto es bueno, porque así todo hijo de vecino podrá ver por dónde se orienta nuestra tan necesaria «mag,na carta». Y todo el mundo podrá echar un granito de arena dirigiéndose a sus representantes en el Congreso o por la vía más directa de enviar una carta a la prensa. «En definitiva» (como diría el ministro señor Oreja), que este vital documento ha salido de la siempre inquietante zona de las sombras para entrar en la de la «luz y taquígrafós».
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de diciembre de 1977