Existe hoy un género peculiar de pintura que podríamos de nominar, sin ánimo despectivo, de artefactos a la gresca, como en als tiras de Krazy Kat, o peladilla; para «frikis»; caligrafías frenéticas, sabandijas de «comix», cromos de rapaces nocturnas y dicotiledóneas, prospectos de material sanitario, se entremezclan de un modo más o menos delirante, descomponiéndose alegremente y desbordando los márgenes del papel. En la pintura de Ramos, la confusión se acentúa con la memoria de Porta Zush, Gordillo.
Galería Sen
Núñez de Balboa, 37
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de marzo de 1979