La sesión de ayer, miércoles, resultó sosa y carente de acciones significativas por parte de ningún valor concreto, en lo que parecía un intento de defender, a cualquier precio, las posiciones alcanzadas días atrás.Por otra parte, el papel no resultaba demasiado abundante en los corros; y aunque la presencia de órdenes compradoras resultaba aún menor, no costaba excesivo trabajo a los mentores de los distintos valores interesados en ello mantener e incluso en ocasiones superar las cotizaciones precedentes.
Los bancos aparecían hoy con un cierto predominio de los saldos vendedores, que no tenían demasiadas dificultades en absorber las propias entidades emisoras, a pesar de lo cual este papel, al cierre, se habría reproducido y volvía a presionar sobre la mayoría de los valores punteros del corro.
Las eléctricas, menos animadas que días atrás, no manifestaron en ningún momento una tendencia definida, abundando las cortas diferencias de uno y otro signo,en un cierre que resultaba confuso.
Las otras dos bolsas reproducían fielmente las características apuntadas en el mercado madrileño, si bien veían acentuados los signos de debilidad, ante la mayor contracción de la oferta y la llegada durante su desarrollo de alguna orden vendedora procedente de nuestro mercado.
En resumen: debilidad extendida a la práctica totalidad de los valores contratados, mientras que la actitud pasiva de los grandes grupos facilita la sensación de sostenimiento apreciado al cierre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de marzo de 1979