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Discutida compra belga de más de mil carros de combate norteamericanos

La compra de 1.039 tanques norteamericanos y la quiebra de la sociedad Eurosystem, creada para la construcción y explotación de un conjunto hospitalario en Arabia Saudí, remueven el mundo político belga. La primera, por la opción made in USA, frente a otras ofertas de material francés. La segunda, por los rumores de posibles sobornos, que podían afectar la reputación de la casa real belga, para realizar el programa de inversión en Arabia Saudí, valorada en unos 35.000 millones de francos belgas (unos 80.000 millones de pesetas).«Hemos optado por los modelos de tanques norteamericanos por su superioridad técnica», declaró Paul Vanden Boeynants, ministro belga de la Defensa. Bélgica fabricará parte del material bélico, como compensación de una compra cifrada en 20.000 millones de francos belgas (unos 47.000 millones de pesetas). Además de las criticas de varios partidos políticos, por no haber decidido una «solución europea» para renovar parte del material militar, el Gobierno belga es también criticado por parte de la opinión pública.

«En una época de crisis económica podía dedicarse este dinero a otras necesidades», dicen los organizadores de la «caravana del desarme», agrupación de movimientos pacifistas de varios países europeos que se proponen recorrer en diez días el trayecto Bruselas-Varsovia (sedes respectivas de las alianzas militares de la OTAN y del pacto de Varsovia) en pro de una pacificación europea que contribuya a la disolución de los dos bloques y limite la carrera de armamentos.

En cuanto a la quiebra de la sociedad Eurosystem, la coalición gubernamental en el poder, formada entre socia cristianos y socialistas, puede sufrir las consecuencias de un affaire que podría aportar sorpresas de cierta importancia. Algunos medios periodísticos ponen en duda la actuación del príncipe Alberto de Lieja, hermano del rey Balduino, que podría haber real izado ciertas acciones de relaciones públicas.

El Ministerio de Finanzas ha abierto una investigación ante la dimensión del asunto, que puede perjudicar la imagen de Bélgica en los mercados internacionales.

En cuanto a los pretendidos sobornos, Simonet añadió que en todo tipo de contratos existen «comisiones». Lo que se trata es de aclarar si son legales o ilegales, añadió el ministro de Asuntos Exteriores.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de julio de 1979