Alianza Popular se llama, a partir de ahora, Partido de Alianza Popular Galega en todo lo que se refiere a su ámbito de Galicia, según acuerdo que acaba de tomarse en el congreso extraordinario celebrado en Santiago de Compostela.
La evolución de los últimos acontecimientos políticos, referida sobre todo, a la marcha de la autonomía, es lo que ha hecho que el partido de Fraga adoptara el camino de la galleguización política en el que tuvo gran influencia la diputada por La Coruña María Victoria Fernández-España.Manuel Fraga, en el discurso de clausura, criticó la actual situación política española, haciendo particulares alusiones al PSOE y al PCE, y responsabilizó a UCD de abocar los acontecimientos hacia lo que, según él, puede llegar a ser «un nuevo 98 español». «El débil Gobierno de UCD», manifestó el líder de AP, «no ofrece soluciones de ninguna clase. Concesión por concesión, debilita cada vez más el Estado y hace con ello reaparecer el fantasma de las soluciones extraconstitucionales.»
Sobre Galicia manifestó Fraga que «es una de las regiones que está sufriendo más de la situación actual. Habiéndose mantenido como siempre, seria, razonable y llena de sentido común, unos pocos grupos extremistas se dedican a paralizar importantes inversiones públicas y privadas, agravando la situación creada por la recesión económica general y la ineficacia del Gobierno.»
«El peligro para la unidad de España es real», dijo todavía Fraga, «por el ambiente de violencia en que se está desarrollando el tema vasco y por la dinámica diferencial que puede desencadenar la cesión total del sistema de enseñanza a las comunidades autónomas.» Sin embargo, el mismo conferenciante no regateó otros piropos para la autonomía de Galicia, de cuyo Estatuto dijo que es «un bodrio que el pueblo gallego no merece». Se guardó, en todo momento, las manos libres para decidir en el futuro lo que va a hacer su partido en el referéndum del Estatuto, lamentando con gravedad la forma de su elaboración. «Se han perdido dos meses de trabajo eficaz por las divisiones internas de UCD», dijo, «para luego querer sacarlo en dos noches.»
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de noviembre de 1979