Nueva sorpresa en el mundo del fútbol italiano, que está viviendo las horas más amargas de su historia. La Federación italiana decidió ayer continuar con la investigación que había empezado apenas surgieron las primeras indiscreciones sobre el asunto de las «quinielas clandestinas» y que abandonó cuando del problema se hizo cargo la Magistratura del Estado.Ahora se harán dos procesos completamente opuestos. Mientras el de la Magistratura oficial empieza con las sospechas y se concluye sólo Con las pruebas, la jurisdicción deportiva empieza aceptando, en principio, la culpabilidad ante el menor indicio. Por eso tomó ayer ya una decisión clamorosa: ha suspendido cautelarmente y por dos meses a todos los jugadores que han sido encarcelados y al presidente del Milán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de marzo de 1980