«El Gobierno está convencido de que la solución del problema energético depende, en gran medida, de las decisiones que adopten los empresarios, los cuales son los agentes principales de la actividad económica», declaró ayer Carlos Bustelo, ministro de Industria y Energía, en la clausura de las Jornadas de Conservación de Energía en la Industria, celebradas en Madrid bajo el patrocinio de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales).
En el acto de clausura estuvieron también presentes el presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat; el comisario de la Energía y Recursos Minerales, Luis Magaña; el presidente del Comité de Energía de la CEOE, Eugenio Marín; el director del Centro de Estudios de la Energía, Juan Temboury, y el presidente de IN ITEC, José Luis Niño de Olaiz.Al referirse a las decisiones que tomen los empresarios en los temas energéticos, el ministro afirmó: « Para que puedan ser adoptadas, en un marco claro y conocido, el Gobierno ha sometido al Parlamento, en relación con el tema de conservación de la energía, un proyecto de ley. Su finalidad es la de crear las condiciones objetivas que permitan a los empresarios, en régimen de libertad de decisión, encontrar rentables las inversiones dirigidas a incrementar la eficiencia energética de las industrias.»
El señor Bustelo agradeció el interés empresarial por estos temas, señalando que «la Administración se congratula de que la CEOE, es decir, el empresariado español, esté dando pruebas de especial sensibilidad acerca de esta cuestión, como lo demuestra la realización de estas jornadas».
Ferrer Salat, presidente de CEOE, señaló, por su parte, que el problema energético español está directamente vinculado al debilitamiento de nuestra economía, «en la que uno de los aspectos negativos fundamentales es la alta tasa de desempleo. Para amortiguar este problema, convendría un desarrollo económico fuerte y sostenido a lo largo de la próxima década, que podríamos fijar en el crecimiento del 4% del producto interior bruto».
Carlos Ferrer insistió en que un factor limitativo de ese crecimiento va a ser «la factura de nuestras importaciones de energía, por lo que lograr un «desenganche» entre crecimiento económico y consumo energético aparece no ya como deseable, sino como imprescindible. El empresario», continuó, «tiene que conseguirlo y esta tarea colectiva exige que tanto la sociedad como la Administración participen activamente.»
Críticas al proyecto de ley
Respecto al proyecto de ley de Conservación de la Energía en la Industria, el presidente de la CEOE afirmó que «es tímido y carece de la ambición y generosidad necesarias» y señaló que las sucesivas leyes presupuestarias deben recoger la importancia de este proyecto. Finalmente, el señor Salat dijo que la misión de la CEOE «no debe limitarse a solicitar al Gobierno la concesión de beneficios» y recalcó que «solamente con el decidido esfuerzo de empresarios, Administración y sociedad podrá darse respuesta adecuada a la crisis».
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de marzo de 1980