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Tribuna:

El baloncesto, salvado

El equipo de baloncesto del Real Madrid ha prolongado su vida con el triunfo alcanzado en la Copa de Europa. Los partidarios de ahorrar el chocolate del loro habían proyectado la supresión paulatina de aquellas secciones deportivas claramente deficitarias. El baloncesto lo es más que ninguna y aunque fuera la última en desaparecer tenía la ojeriza de algún directivo no sólo por los millones que cuesta, sino porque todavía, de algún modo, parece la obra personal de Raimundo Saporta.El prestigio mundial del Madrid se debe fundamentalmente al fútbol, pero el baloncesto ha sido un apéndice trascendente. Los clubes de fútbol, en determinado momento, aceptaron la creación de secciones deportivas porque en ello les iban unos ingresos adicionales. Olvidada la normativa que les obligaba a proteger el deporte amateur, la tentación de soltar lastre es cada día más fuerte.

Los deportes minoritarios deben sufrir competitivaniente una reestructuración formal para que su sostenimiento sea factible a todos los niveles. Pero este es tema del Consejo Superior de Deportes. Los deportes seudoamateurs no pueden tener una estructura divisional a imagen y semejanza del fútbol. Las primeras divisiones femeninas, todas, son un absurdo. Deportes con menos de cien espectadores no pueden tener desplazamientos de cientos de kilómetros. Se impone la regionalización.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de marzo de 1980