El senador socialista por Córdoba Joaquín Martínez se ha convertido en uno de los mayores enemigos del bingo, al menos los que están instalados en edificios de reconocido interés artístico y cultural. Según nuestro corresponsal Sebastián Cuevas, el senador quiso celebrar, junto con otras personalidades, el veinte aniversario de la fundación-del cineclub en el Liceo Artístico y Literario de Córdoba. El celoso encargado de la sala de juicio le exigió suscribir el impreso de afiliación. Ante este hecho, pronunció una frase lapidaria: «No cesaré de fustigar hasta arrojar a los, mercaderes del bingo del templo de la cultura», y dirigió un escrito de protesta a la directiva del centenario liceo por el alquiler de una de sus salas a la empresa concesionaria del bingo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de marzo de 1980