El Gobierno norteamericano decidió ayer suspender toda ayuda militar y económica a Bolivia, tras el golpe militar que derrocó a la presidenta Lidia Gueiler, y ha llamado a Washington a su embajador en La Paz. Entre tanto, el general Luis Garcia Meza prestó juramento anoche del cargo de presidente de la Junta Militar que controla el país, aunque se han producido conatos de resistencia civil, especialmente en los distritos mineros.
En la nota hecha pública por el Departamento de Estado norteamericano, el Gobierno de EE UU «deplora» el golpe militar y urge a los militares para que la «presidente Gueiler y los miembros de su Gobierno sean liberados inmediatamente y devuelto el gobierno a la dirección civil para concluir el proceso constitucional ».Por su parte, el Gobierno español ha manifestado ayer su preocupación por la marcha de los acontecimientos bolivianos,y expresado su inquietud «por la falta de garantías de los derechos; humanos y libertades fundamentales en Bolivia».
En el transcurso del golpe militar fueron detenidos tres sacerdotes españoles que se encontraban en la emisora Radio Fides, de La Paz.
Con relación a la situación interna boliviana, cabe resaltar que el país está completamente aislado del exterior. Los aeropuertos están cerrados para los vuelos internacionales y las comunicaciones telefónicas y por télex, cortadas.
La vigilancia militar en las calles de las principales ciudades es muy intensa y en ella colaboran grupos de civiles armados. Los principales dirigentes políticos del país han pasado a la clandestinidad o se desconoce su paradero. La situaión de la presidenta boliviana constituye una incógnita. Según algunas versiones, fue vista cuando ,abandonaba el palacio presidencial, bajo fuerte escolta, y partió con dirección no revelada. Según otras informaciones, estaría a punto de ser trasladada a Santiago de Chile, donde reside una hija suya.
El triunfador de las elecciones bolivianas, Hernán Siles Zuazo, líder de la coalición de centro-izquierda Unidad Democrática Popular, ha hecho un llamamiento a la resistencia civil desde la clandestinidad y se ha manifestado dispuesto para encabezar la lucha para restaurar la democracia.
Entre tanto, las emisoras de los principales distritos mineros del país lanzan continuos llamamientos a la huelga general y a la resistencia contra los militares. Varios miles de campesinos armados cortaron la carretera entre La Paz y Cochabamba.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de julio de 1980