La Asociación de Defensa Ecológica y del Patrimonio Histórico-Artístico (Adelpha) ha puesto los primeros remedios al descontrol advertido en la emisión de sus frecuentes comunicados y ha autorizado sólo a un reducido número de personas de su directiva para que firmen las declaraciones emanadas de la entidad. Entre esas personas no figura José Luis Souto, miembro dimitido de la asociación y responsable de la mayor parte de las comunicaciones atribuidas a Adelpha. Una de las últimas, de las que, al parecer, fue autor el citado señor Souto, fue una en la que se pedía la dimisión del ministro de Cultura.La decisión de Adelpha de efectuar un control más estricto de sus declaraciones fue tomada por su junta directiva el pasado viernes. La misma junta acordó convocar asamblea general de sus socios para los próximos días 11 y 12 de octubre.
La junta también acordó disolver «la llamada comisión ejecutiva, por no estar expresamente contemplada en los Estatutos y no contar con plena representación de la opinión de la actual junta directiva. Esta disolución lleva consigo la reasunción, por la junta directiva constituida, de las funciones de dicha comisión ejecutiva».
«Los comunicados oficiales de la asociación serán los emanados de las reuniones de la, junta directiva formalmente constituida. En el caso de que ello proceda», prosigue la nota de Adelpha, «al final de cada reunión se elaborará un comunicado oficial ».
A efectos de la emisión del escrito que estime conveniente difundir Adelpha, sólo están autorizadas las firmas del presidente de la entidad, Javier Morales Vallejo; las de los vicepresidentes, María, Rosa Suárez-Inclán y Santiago Amón, y las de los vocales Matías Díaz Padrón, José Antonio Buces y Manuel Manzano-Monís.
De este modo, la junta directiva de Adelpha pone freno a una de las crisis más agudas de su historia, que la pasada semana conoció una división interna que hizo temer por el porvenir de la entidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de agosto de 1980