El «escándalo del petróleo» llegó ayer oficialmente al Parlamento italiano. El ministro de Finanzas, Franco Reviglio, tuvo que responder ante la comisión de finanzas de la Cámara de Diputados y después del Senado, a las numerosas preguntas hechas estos días por los diversos partidos.
En la tarde de ayer, el ministro habló a la comisión y su discurso se transmitió por televisión a través de un circuito cerrado a todo el Parlamento. De las pocas indiscreciones se pudo saber sólo que Reviglio infravaloró la entidad de la estafa, reduciéndola a 50.000 millones de pesetas. Pero, por la mañana, los diarios nacionales revelaron que según informaciones de la Guardia de Aduanas, es cierto que entre 1976 y 1978 más del 25 % del petróleo en Italia «no pagaba impuestos» y que los contrabandistas se ganaban más de treinta pesetas en litro.
Otro asunto son las continuas afirmaciones y desmentidos de una serie de noticias. Se afirma, por ejemplo, que Sereno Freato, brazo derecho de Moro, recibió ya una comunicación judicial y que la magistratura ha bloqueado todos sus bienes. Se escribe con grandes títulos que es fugitivo en América Latina y en seguida sus familiares llaman a las agencias para afirmar que «está sólo escondido para evitar entrevistas». Se asegura y después se desmiente que el ex jefe de Finanzas, el general Giudice, ha declarado, desde la cárcel, que no está dispuesto a ser cabeza de turco y «que dirá todo lo que sabe».
El semanario Panorama publicó una entrevista a la viuda de Moro, quien afirma que «su marido murió porque no quiso revelar tantas cosas que sabía de su partido», y acusó a la Democracia Cristiana de haber pagado millones al senador (fascista) Pisano, y a las veinticuatro horas la misma viuda publicó un artículo en el diario Il Giorno, desmintiendo todo
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de noviembre de 1980