Las grandes fortunas en Francia han sido las principales perdedoras de la elección a la presidencia francesa del socialista François Mitterrand. El presidente electo confirmó durante su campaña electoral su intención de aumentar las contribuciones fiscales de las grandes fortunas, calificando como tales a aquellas superiores a los tres millones de francos (51 millones de pesetas). El gravámen fiscal para estas familias adineradas será del 42%, según consta en el proyecto socialista.
El incremento de la imposición fiscal a las clases más pudientes es la piedra angular de una reforma global de la Ley de Hacienda que Mitterrand piensa poner en marcha.
Al dar precisiones sobre las grandes fortunas, el proyecto de reforma señala que en los tres millones de francos no se incluirán los medios de trabajo, la tierra agrícola y la maquinaria y servicios.
En el debate televisado con su contrincante a la presidencia, Valéry Giscard d'Estaing, el hoy ganador Mitterrand indicó que este aumento de impuestos a las grandes fortunas «es imprescindible para compensar el déficit del Presupuesto del Estado.
En el amplio capítulo de reformas fiscales, el proyecto de Gobierno socialista destaca los derechos de herencia, suprimiendo aquellos que ahora recaen por línea directa, de padres a hijos, o entre esposos, con recargo de las herencias y donaciones a parientes y personas extrañas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de mayo de 1981