En el último análisis sobre la situación económica elaborado por la CEOE figura la expresión «situación de emergencia» para calificar el momento económico por el que está atravesando la economía española. La gravedad del momento, insiste la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, no permite aplicar un calificativo más moderado. Subraya después el hecho de que en los últimos seis años se hayan perdido un millón doscientos mil puestos de trabajo «dentro de un proceso que tiend.e a agravarse si no hay una decidida voluntad política de levantar nuestra economía». ( ... )Por acumulación de acontecinilentos adversos y por agravamiento persistente de un proceso de deterioro de la situación económica se llega a una «situación límite», y es muy posible que la CEOE tenga razón al considerar que el momento es crítico. Lo que no es, desde luego, es una «situación de emergencia», porque todo lo que ha ocurrido en la economía española en los últimos tiempos era previsible y estaba previsto. De hecho, la propia CEOE no ha dejado de llamar la atención del Gobierno y de los medios informativos sobre la mala marcha de los indicadores económicos de coyuntura, el deterioro de las expectativas y la necesidad de actuar decididamente para frenar el proceso de descomposición del proceso económico. Ahora bien, puede ser que a lo que la CEOE quiera referirse es a la necesidad de «medidas de emergencia». Y seguramente esta es la interpretación correcta de su mensaje, puesto que en el mismo informe señala «la necesidad de una política económica coherente, enérgica y capaz», con un «cambio radical de estrategia acorde con la gravedad de la situación» y con un «nuevo y urgente planteamiento».(...)
13 de mayo
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de mayo de 1981