Ernest W. Lefever ha sido prudente al renunciar a su,cargo en él departamento de derechos humanos de la Secretaría de Estado. Pese a cierta ambigüedad, el voto negativo supone una amplia duda no sólo sobre Lefever, sino sobre la ciega política q lle sigue la Administración Reagan en materia de derechos humanos.Al presidente puede no haberle gustado esta primera derrota.(...)
Pero-debe reflexionar sobre su significación (...), Lefever fracasó en sus tentativas para persuadir a los senadores republicanos. No pudo decidirse a afirmar si favorecería la política en favor de los derechos humanos como la ley requiere que se lleve a cabo en el exterior. No nombró siquiera a-un solo país no comunista que violase los derechos humanos. (...)
«El Gobierno de Estados Unidos, escribió en 1978, no tiene responsabilidad y no tiene autoridad para promover los derechos humanos en otros países soberanos». Esta es una discptible posición, pero no es -la ley de, Estados Unidos ni tampoco su deseo.
El problema es que la actitud de Lefever coincide en el fondo con el punto de vista de la Unión Soviética de que la política de derechos humanos.es sólo una táctica, un arma de la guerra fría.
8 de junio
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de junio de 1981