Los políticos de Europa occidental están preocupados con los crecientes problemas económicos de sus propios países. En las grandes capitales europeas, así como en Washington, son los grandes problemas de la inflación, déficit y paro los que más obsesionan a los Gobiernos. ( ... ).Los males de Alemania Occidental son menores comparados con el del Reino Unido, cuya tasa de desempleo, que era el año pasado del 6,4%, es ahora del 10,6% y todavía sube. Mientras tanto, en los últimos meses, el índice de inflación también ha aumentado. Contrariamente a los designios y propósitos del Gobierno Thatcher, las empresas privadas han sufrido serios perjuicios. Mientras, las menos eficientes de las industrias nacionalizadas continúan sobreviviendo. La tasa de inflación de Francia es más baja que la de Inglaterra. Pero el presidente Mitterrand considera prioritaria la política del empleo y ha comenzado a presionar a los pequeños países europeos para que le sigan en este camino de aumentar los puestos de trabajo.
El índice de inflación en Francia es más bien alto, pero un recién elegido Gobierno socialista difícilmente puede unirse al Reino Unido y a Alemania Occidental en la campaña de restricciones fiscales y de disciplina a toda costa.
9 de julio
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de julio de 1981