Tripulantes del Gem, navío del organismo oficial de energía atómica del Reino Unido (UKNEA), intentan apartar del costado del buque una lancha neumática de los ecologistas de la organización Green Peace, que pretendían impedir el vertido de bidones con residuos radiactivos al mar. La acción se desarrolló la pasada semana en el Atlántico, a unas trescienta millas del cabo de Finisterre, sobre un rectángulo que conforma el único cementerio nuclear marino que existe actualmente en el mundo, en cuyas aguas profundas, de más de 4.000 metros, yacen ya cerca de 70.000 toneladas de residuos nucleares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 26 de julio de 1981