Flojo partido en el campo levantinista con dos equipos sumidos en similares características económicas y deportivas. El Getafe volvió a evidenciar espíritu de lucha y sacrificio, pero no hay material suficiente para poder realizar una labor medianamente eficaz. El Levante, con nueva junta gestora y con Antonio Calpe ejerciendo desde el banquillo «como delegado del equipo», sumó dos valiosos puntos.El primer tiempo, sobre todo, resultó ineficaz y con escasas acciones de ataque, excepción hecha del gol a poco del descanso, y de una falta del meta Carmelo a Ponce en el área sancionada con libre indirecto. Tras el descanso, con la ventaja ya del tanto de Cazaurang, el Levante supo asentarse mejor sobre el campo, buscó con mayor acierto el marco contrario, y creó ocasiones de peligro. El Getafe apenas pudo hacer otra cosa que defenderse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de octubre de 1981