Estados Unidos y la Unión Soviética iniciaron ayer en Ginebra las negociaciones encaminadas a reducir el arsenal nuclear desplegado en territorio europeo, con el compromiso entre ambas delegaciones de guardar secreto mientras no se llegue a acuerdos definitivos.
El Politburó del PCUS (Partido Comunista soviético) hizo pública ayer una declaración a favor de «una reducción radical de las armas nucleares de alcance intermedio», en tanto que el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, recalcó el interés de Washinaton en «alcanzar un acuerdo equitativo y verificable».Los soviéticos, según el comunicado difundido por la agencia Tass, pretenden que en las negoclaciones de Ginebra se tengan en cuenta no sólo los euromisiles, sino también las armas norteamericanas estacionadas en bases avanzadas (a bordo de bombarderos y submarinos) y el arsenal francés y británico.
Haig aseguró, en una declaración hecha pública anoche en Ginebra, que Estados Unidos procederá con «atención y paciencia» en las negociaciones, a las que atribuyó una «importancia fundamental» para la seguridad de la OTAN y para la paz mundial.
Tan sólo hora y media duró la primera reunión entre los delegados de las dos potencias, el norteamericano Paul Nitze, de 74 años de edad, y el soviético Yuli Kvizinski, de 45 años. Aunque esta prÍm era entrevista se celebró en la sede de la Embajada soviética ante las Naciones Unidas, las sesiones negociadoras tendrán lugar en un entorno un tanto bucólico: un pabellón del Jardín Botánico de Ginebra, según informa nuestra enviada especial Soledad Gallego-Díaz.
A lo largo de las primeras semanas, si no meses, las dos delegaciones, integradas por seis personas cada una de ellas, se enredarán en las complicadas madejas de sus respectivos arsenales euroestratégicos, así como en el análisis de las propuestas lanzadas, respectivamente, por Ronald Reagan y Leónidas Breznev.
Páginas 2 y 3
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de diciembre de 1981