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GENTE

David Goldstone,

un hombre de negocios, adquirió el jueves el "fin de la tierra", medio centenar de hectáreas en el suroeste de Gran Bretaña. El Finisterre de Cornualles, lugar histórico y turístico inglés, ligado a la cultura celta y normanda, fue adquirido por 1.750.000 libras esterlinas (más de 325 millones de pesetas) a una familia británica que lo poseía desde hace catorce generaciones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de enero de 1982