un hombre de negocios, adquirió el jueves el "fin de la tierra", medio centenar de hectáreas en el suroeste de Gran Bretaña. El Finisterre de Cornualles, lugar histórico y turístico inglés, ligado a la cultura celta y normanda, fue adquirido por 1.750.000 libras esterlinas (más de 325 millones de pesetas) a una familia británica que lo poseía desde hace catorce generaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de enero de 1982