El Estudiantes perdió su. primer encuentro de Liga en El polideportivo Antonio Magariños en tan sólo seis minutos de juego. Los trece puntos de ventaja que sacó el Areslux en los comienzos fueron un síntoma inequívoco de que el conjunto estudiantil no podría aguantar al equipo catalán. En el primer período, aunque hubo algunos instantes en que el conjunto del Ramiro de Maeztu intentó reaccionar, en ningún momento consiguió acortar distancias de manera notable. Un 27-48 representó la máxima diferencia a favor de los visitantes y el 38-54 con que finalizó la primera parte dio a entender que sólo una reacción extraordinaria podría equilibrar la balanza.Sin embargo, la hinchada estudiantil mostraba en sus rostros que no se presumía una brillante reacción de sus colores. Entonces ya se presentía que podrían volar los dos primeros puntos de la cancha del Magariños. Los sustos comienzan muy pronto.
No hubo reacción
El equipo estudiantil intentó recuperar el terreno perdido y llegó incluso a colocarse a tan sólo seis puntos de diferencia (70- 76), pero la pérdida casi inmediata de McCoy -rompió toda posible ilusión. El Areslux, con un equipo más cuajado, a pesar de que el viejo conocido de El Magariños, Siab Jones, no tuvo una actuación muy convincente, fue lo suficientemente coherente en su juego para impedir que la buena voluntad, pero no otra cosa, del Estudiantes pudiera darle la vuelta al encuentro.
El presumible duelo entre los dos americanos quedó en nada entre dos platos. Ambos se cargaron de personales a poco de comenzar y no estuvieron en la cancha en los momentos más decisivos.
El Estudiantes tuvo por contra la agradable sorpresa de que el junior Julio Torres se convirtiera en el mejor reboteador del equipo y en el hombre más acertado en el tiro a canasta. El Areslux no tuvo grandes dificultades para lanzar desde fuera de la zona y sorprender en el contrataque a su adversario. Al conjunto local le faltaron tiradores de media distancia y le sobró ingenuidad en la defensa. Los despistes en el marcaje. proporcionaron a los de Granollers un sinnúmero de canastas.
En otros encuentros, el Zaragoza derrotó al Cotonificio (94-92) y el Obradoiro al Caja de Ronda (7975).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de octubre de 1982