En el teatro Miguel Hernández de Sabadell (Barcelona) se estrena hoy el último espectáculo de La Cuadra de Sevilla: Nanas de espinas. El estreno mundial tuvo lugar en Sevilla el día 5 de octubre pasado. El estreno francés se hizo en Douai hace diez días y luego pasó a Nantes. En Cataluña el trabajo del grupo La Cuadra siempre ha sido seguido con enorme atención.
El espectáculo se sitúa en la tradición estética de La Cuadra que busca la emoción del alma andaluza, ahondando en los pro blemas del pueblo andaluz con los instrumentos del cante, el baile y los utensilios cotidianos de trabajo, rescatándolos del abuso expresivo que los ha desvirtuado. Antes del estreno, Salvador Tavora, director del grupo y autor de este espectáculo, explica algunos de los aspectos más representativos de Nanas de espinas, obra en la que La Cuadra recoge un tema de Lorca. "En realidad, este espectáculo es un intento de introducir la estética de La Cuadra en el contexto de los espectáculos generados por la literatura dramática. No es que partamos del texto lorquiano, sino que lo hemos introducido en nuestro peculiar modo de hacer teatro por la enorme coherencia de los textos con el entorno social que lo genera. Los textos de Lorca, en su contexto, nos ofrecían una posibilidad excepcional de poder relacionar los con nuestras aspiraciones".Es posible relacionar Nanas de espinas y Bodas de sangre. "Las relaciones son múltiples. Primero porque es un intento de incrustar una historia como la de Bodas de sangre en una visión estética de una Andalucía que podemos considerar (teniendo en cuenta la forma en que Lorca ha sido hasta ahora representado) extraña y espinosa. Quiero decir que nuestro espectáculo presenta unas formas extrañas a la estética tradicional lorquiana y lo hace de una manera espinosa, al revelar toda la crueldad de la vida cotidiana expresada también, en el tema lorquiano que hemos utilizado". Tavora rehúye el tópico de Andalucía y la trágica pesadumbre de las canciones alcanza un alto nivel expresivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de diciembre de 1982