Un primer contingente de un millar de guerrilleros comunistas tailandeses entregaron ayer sus armas al Ejército regular en la ciudad de Banbak, al noreste de Bangkok. Los guerrilleros (izquierda) desfilaron hasta la ciudad donde depusieron sus armas. También se rindió a las autoridades militares el jefe de esta base guerrillera del norte del país, el camarada Niroj, que aparece a la derecha flanqueado por dos oficiales tailandeses. El PC tailandés sufre una grave crisis interna desde el reciente conflicto asiático que enfrenta a chinos y vietnamitas. Los primeros son su soporte ideológico y material, mientras los segundos,junto con los laosianos, les prestaban facilidades logísticas y santuarios desde donde actuar. El primer ministro tailandés, Prem Tinsulanonda, ofreció la legalización a los rebeldes que se rindieran.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de diciembre de 1982