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REVISTA DE PRENSA

Un líder claro para una política confusa

( ... ) Es, indudablemente valioso, un mensaje apoyado reiterativamente en la moral y en la moralidad; ahora bien, un mensaje moral -que es un mensaje finalista- no es un mensaje pofitico, es decir, sobre los medios necesarios para alcanzar los fines que se persiguen. Desgraciadamente, el mensaje del presidente ha confirmado una esquizofrenia ideológica que puede llevarnos a adorar a Felipe y a detestar al Gobierno que preside, cosa que un país no puede permitirse durante cuatro años.El momento álgido de su discurso como líder español ha estado en su referencia al País Vasco. Cuando se apela a la ciudadanía y a la vergüenza moral para sustituir la retórica por la dignidad ante la muerte y el chantaje, no caben subterfugios, y es de rigor decir que no se ha visto en toda la transición una imagen de España tan estrictamente identificable con la libertad de una España digna de su historia como la ofrecida por Felipe González.

Pero es lamentable que el presidente del Gobierno tenga que quemarse tan pronto para sustituir las evidentes deficiencias que en materia de planificación económica se observan en la acción de gobierno. No es de recibo que se esté protagonizando un espectáculo tan inmoral como el escándalo Balbín míentras.el presidente predica moralidad en materia fiscal y laboral. ( ... )

, 22 de enero.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de enero de 1983