El aburrimiento y la apatía han presidido los mercados bursátiles estadounidenses durante esta semana. La banca cerró sus puertas el lunes con motivo de la festividad del Veterans Day, lo que redujo considerablemente el volumen de contratación, tónica que prosiguió en las jornadas siguientes. Finalmente, se confirmó la tendencia bajista de la semana anterior.El pequeño volumen de negocio demuestra que Wall Street espera conocer con mayor exactitud la política monetaria que la Reserva Federal va a aplicar en un futuro inmediato. Por ahora, informa Shearson Lehman /American Express, sólo se sabe que en la reunión del mes pasado el Federal Open Market Committee, el órgano decisorio de la Reserva Federal, decidió mantener una táctica similar a la actual, de carácter acomodaticio.
Sin embargo, un artículo de The Wall Street Journal del pasado jueves venía a cristalizar los temores que los operadores vienen manifestando desde hace varias semanas y que giran en tomo al déficit presupuestario y las consecuencias que su falta de control puede originar en el comportamiento de la economía y de los tipos de interés de Estados Unidos.
La reunión que ha celebrado el presidente Reagan con sus ministros y consejeros para estudiar la manera de enfocar el déficit masivo de las finanzas públicas no ha surtido efectos positivos por ahora, y la incertidumbre sigue planeando sobre los mercados bursátiles. Los últimos datos confirman que la economía ha entrado en una fase de crecimiento moderado, e incluso algunos analistas opinan que podría iniciarse una fase netamente recesiva. Para apoyar sus tesis argumentan que la producción industrial ha sufrido un claro frenazo, ya que en octubre su crecimiento fue nulo y en septiembre había aumentado sólo un 0, 1 %.
Los datos sobre la evolución del producto nacional bruto (PNB) publicados recientemente, y que hacían referencia a un crecimiento en tomo al 2,7%, tuvieron que ser revisados a la baja el jueves pasado, confirmando la moderada cifra del 1,5%. En cuanto al crecimiento del PNB durante el cuarto trimestre, fluctuará entre el 0% y 2%.
El dólar, por su parte, ha perdido la euforia alcista anterior a las elecciones presidenciales y, según el Banco de Vizcaya, a pesar de que muestra una ligera apreciación, los inversores comienzan a tener presentes muchos criterios moderadores derivados de los grandes déficit norteamericanos, ralentización de su actividad económica y política monetaria de inyección de liquidez, con la persistente preocupación de que el Bundesbank intervenga en el mercado. Así, la divisa norteamericana se ha apreciado sólo un 0,8% en relación al marco, y en menor medida respecto a las demás monedas europeas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de noviembre de 1984