Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
REVISTA DE PRENSA

Estados Unidos y el 'apartheid'

Nueva York

The New York TimesLa prisa en condenar a Suráfrica por el apartheid es ahora palpable en Estados Unidos. Los norteamericanos quieren destruir esa aborrecible estructura de racismo y desaprobar a sus defensores, que afirman su parentesco con la cultura occidental. La mayoría de los norteamericanos quiere que se hagan negocios con Suráfrica sólo con el objetivo de socavar las odiosas doctrinas de los surafricanos.Es la tarea de un presidente el dar voz y formar ese estado de espíritu. El presidente norteamericano, Ronald Reagan, no ha podido hacerlo. No sabemos si ha sido traicionado por los surafricanos en sus tentativas de aproximación amistosa. ( ... ) Dos preocupaciones han impedido que Estados Unidos ataque con éxito el apartheid. Una es que fuertes sanciones pueden dañar más a los blancos de África del Sur que a sus opresores. La otra es el punto de vista de la Administración de que las sanciones perjudicarían al régimen- blanco sin dañarlo realmente. ( ... )

Al extenderse la violencia, la Administración se ha convertido en apologista de los surafricanos, exagerando sus concesiones y minimizando sus brutalidades. La política norteamericana no ha logrado acabar con la ocupación ilegal surafricana de Namibia, que había sido el precio diplomático de Reagan para disminuir la presión impuesta durante los años de Carter.

Desde entonces, los norteamericanos han estado luchando, con incoherencia, para crear su propia diplomacia, pidiendo que el Estado, los Gobiernos civiles, las universidades y los fondos de pensiones cierren sus empresas filiales en Suráfrica. Pero todo esto ha dejado a las grandes empresas norteamericanas confusas acerca de los objetivos. ¿Van a trabajar duramente contra el apartheid en África del sur, como algunas lo han intentado, o renunciarán a todos los beneficios que procedan de ese odioso sistema?

Los políticos locales y los directores de las empresas no están capacitados para hacer esta elección crítica. Dados los fracasos del presidente, le corresponde al Congreso definir una nueva política nacional. ( ... )

, 10 de junio

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de junio de 1985