Los vecinos del restaurante Arrantzale, del Grao de Castellón, destruido el pasado viernes tras una explosión, han decidido constituirse en una comisión de afectados para exigir de la Administración las medidas adecuadas. Como consecuencia del siniestro, tuvieron que ser desalojadas las familias del edificio situado sobre el restaurante y de otra vivienda contigua. Otro edificio de dos plantas tuvo que ser derribado ante la amenaza de ruina.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de agosto de 1985