Numerosos incendios forestales han causado importantes daños materiales y ecológicos en las últimas horas en diferentes puntos de la geografía española. El más grave de estos siniestros obligó ayer a desalojar varias urbanizaciones de Benicasim (Castellón) y destruyó más de 1.000 hectáreas de arbolado de la zona del Desierto de las Palmas, sin que a última hora de anoche hubiera sido controlado.Las urbanizaciones situadas en la zona del Desierto día las Palmas, en el término municipal de Benicasim (Castellón), se vieron amenazadas ayer por la propagación de un incendio que se inició sobre las dos de la madrugada en el término municipal de Cabanes, en la zona de Les Santes, por lo que las autoridades obligaron a su desalojo.
También las riberas del pantano de Entrepeñas, en Guadalajara, quedaron seriamente dañadas por los efectos del fuego que se propagó en la zona con la ayuda del fuerte viento reinante y arrasó 1.500 hectáreas de pinares.
Los bomberos de la Comunidad autónoma de Madrid trabajaron durante toda la jornada de ayer para controlar el incendio declarado a última hora del lunes en la zona fronteriza con la provincia de Ávila -en el término de Navahondilla-, que obligó a evacuar esa misma noche a unas 700 familias. Las llamas habían comenzado a propagarse hacia la provincia de Madrid, procedentes del término municipal de El Tiemblo (Ávila).
Otros incendios de menor entidad, que se declararon en otras localidades de la sierra de Madrid, como Torrelodones, Villafranca del Castillo y Collado Mediano, pudieron ser sofocados.
En una zona de monte bajo del término municipal de Tivissa (Tarragona) se declaró, a las 16.30 de la tarde de ayer, un violento incendio que se extendió en dos frentes: uno en dirección al mar y otro hacia la localidad de Vandellós. A las 21.45 las llamas alcanzaron el municipio de Ametlla de Mar, situado a 16 kilómetros del punto donde se inició el incendio. Una dotación de 16 vehículos de bomberos intentaban controlar el fuego a última hora de ayer.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de agosto de 1985