ministro de Transportes, que llegó a Las Palmas en la madrugada de ayer, recibió una ruidosa e inesperada acogida procedente de las bocinas de unos 500 taxis estacionados a lo largo de la avenida Marítima. Los patronos de los taxis protestaban así por la norma municipal que obliga a descansar un día por semana. A su juicio esta norma debería ser aplicable a los trabajadores, no a los vehIculos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de octubre de 1985