Las negociaciones sobre la reducción de la presencia militar norteamericana en España no comenzarán hasta los primeros días de julio, una vez celebradas las elecciones, según explicó ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. La fecha de la primera reunión será fijada durante las conversaciones que mantendrán en Washington Francisco Fernández Ordéñez y el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, el 27 de mayo. Fernández Ordóñez declaró que la reducción se llevará a cabo siguiendo lo prometido en el referéndum, y que se esperará a un momento tranquilo.
Las conversaciones comenzarán después de las elecciones del 22 de junio, rebasando el primer semestre de 1986 acordado por los dos Gobiernos el pasado diciembre en Madrid. Fuentes de Asuntos Exteriores quitaron importancia a este hecho explicando que ambas partes consideran que, a pesar de este retraso, se respeta el espíritu del comunicado. En el encuentro se abordarán además asuntos de actualidad, como la crisis del Mediterráneo o la situación en Centroamérica, que interesan a ambos países, así como la renovación del Convenio hispano-norteamericano que caduca en 1988.
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"En esa reunión" explicó Fernández Ordoñez "no se entregará ningún documento, tan sólo se fijará el calendario de las negociaciones". Éstas se desarrollarán en Washington o Madrid, y los interlocutores serán el secretario general del Ministerio de Asuntos Exteriores, Máximo Cajal y el embajador norteamericano en España, Thomas Enders.
"En cualquier caso" puntualizaron fuentes diplomáticas, "serán negociaciones largas, y todo parece indicar que llegarán a conectar con las negociaciones para revisar el Convenio de Amistad, Defensa y Cooperación, que expira en 1988, de tal manera que la reducción de la presencia militar estadounidense se haga en el marco de la renovación de ese convenio".
El cierre de las bases
El secretario de Estado para la Defensa, Eduardo Serra, declaró ayer, a su llegada a Barajas después de permanecer casi una semana en Estados Unidos, que la desaparición de la presencia militar norteamericana en las bases de utilización conjunta, pasando éstas a ser exclusivamente españolas, no implica que se vayan a cerrar las bases, a no ser que entren en juego otras consideraciones.
Serra afirmó que en EE UU se había entendido la posición española: "Se basa en que nuestro país no es lo mismo que era en los años cincuenta, social y políticamente, y esa diferencia justifica, una reducción real de la presencia norteamericana en España". "Habrá", dijo, "una reducción de tropas clarísima. Esta es la posición española y es perfectamente entendida por los norteamericanos".
"Lo que es seguro", añadió Serra, "es que el propósito del Ministerio de Defensa, en el que estamos trabajando desde el día siguiente al referéndum sobre la OTAN, es en concretar cuál va a ser la reducción real de las fuerzas americanas en España y concretarla en cifras".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de mayo de 1986